El beneficio del Reiki en
los niños comienza ya en el vientre materno. Reiki les favorece con su
energía luminosa, los nutre, los protege y sobre todo, les permite una
comunicación fluida y constante con su madre.
Gracias a su inocencia,
los niños están libres de los prejuicios que tanto atan a la mayoría de
los adultos. De este modo la energía Reiki fluye hacia ellos sin
impedimentos, naturalmente… sin los bloqueos causados por temores o
convicciones rígidas de cualquier tipo.
Muchos padres recurren a
un tratamiento de Reiki para sus hijos cuando tienen problemas de
hiperactividad, timidez, pesadillas, insomnio, depresión ó porque han
atravesado por situaciones familiares que les producen angustia, como la
separación de sus padres, por ejemplo.
Reiki también ayuda a los
niños que son tranquilos a ser más receptivos, puesto que esta energía
agudiza los sentidos y logra que la persona tenga una percepción
distinta de la vida. Además, es muy útil para los pequeños que tienen
dificultades para concentrarse.
Cuando se trata de bebés o
de niños de corta edad es necesario adaptar las sesiones de acuerdo a
su capacidad para quedarse quietos mientras se les imponen las manos.
En el caso de los bebés
notarán mucha mejoría los que sufran cólico del lactante, inicio de
dentición, otitis, trastornos de sueño, etc…
