Una sesión de Reiki dura cuarenta y cinco minutos y el paciente permanecerá
acostado en una camilla, descalzo y vestido. Durante la sesión se
utiliza música suave y aromas como incienso o esencias.
Se colocan las manos sobre una serie de ubicaciones en el cuerpo llamados chakras (vórtices o centros energéticos) y la Energía Reiki fluye del terapeuta al paciente.
Durante un tratamiento, se siente una
relajación profunda, una gran sensación de paz. Muchas personas se
quedan dormidas, cosa que no influye para nada en el resultado final,
algunas siente un cosquilleo, calor o frío en diferentes partes del
cuerpo según fluye la energía, otras personas ven colores, experimentan
una sensación de "flotar" o sienten emociones que salen a la superficie y
otras no sienten nada y no por ello el Reiki no está funcionando.
Se puede hacer una sesión para
obtener una profunda relajación y sensación de bienestar momentáneo o
bien el tratamiento de cuatro sesiones donde se trabaja más a fondo para
sacar al paciente de algún estado de desarmonía.
Al finalizar éste tratamiento se podrán tomar sesiones individuales con la frecuencia que el paciente necesite.
Se aumentan tu energía y tus ánimo llevandote a tener un punto de vista más positivo en tu vida. Situaciones anteriores de estrés parecen no preocuparte como antes.
Muchos pacientes tras recibir sus primeras sesiones experimentan unos
cambios que pueden resultar molestos.
Es habitual que en los días siguientes a la sesión se puedan tener sensaciones de náuseas, vómitos, diarrea, dolor de garganta o simplemente se pase una semana enfadado o de sentimientos a flor de piel.
Entonces esta persona piensa que el Reiki le ha ido mal y que está peor que antes de empezar las sesiones cuando lo que ha ocurrido es que se aceleró el proceso completo de sanación o se liberaron emociones bloqueadas que limitaban de forma inconsciente. Y se le llama crisis de sanación.
Es habitual que en los días siguientes a la sesión se puedan tener sensaciones de náuseas, vómitos, diarrea, dolor de garganta o simplemente se pase una semana enfadado o de sentimientos a flor de piel.
Entonces esta persona piensa que el Reiki le ha ido mal y que está peor que antes de empezar las sesiones cuando lo que ha ocurrido es que se aceleró el proceso completo de sanación o se liberaron emociones bloqueadas que limitaban de forma inconsciente. Y se le llama crisis de sanación.
